martes, 8 de octubre de 2013

   La Comparación


    La novela Elextraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde del autor Robert Louis Stevenson se relaciona mucho con la película Mary Reilly del director Stephen Frears ya que uno está basado en el otro. En ambas historias surge el personaje Hyde desde un desdoblamiento de otro personaje que es el Dr. Jekyll pero el punto de vista no es el mismo en las dos historias.
    La época en la que transcurre la película y la novela es la misma, transcurre en una ciudad en post revolución industrial, final del siglo XIX, donde había una fuerte crisis económica y de desempleo. Existía una sociedad desdoblada entre los ricos y la clase pobre por la pérdida de trabajo. También surge el desdoblamiento en el personaje que existe en ambas historias que es Jekyll convertido en Hyde. En la película, él tiene una casa para mostrar, cuidada al frente y adentro hasta donde ingresa la gente que él conoce del pueblo para mantener la fachada de su casa en buenas condiciones y dar una buena imagen de sí. Pero, el fondo, el anfiteatro que hay en su patio bajando una escalera, está todo descuidado y en el laboratorio que se conecta desde allí se puede ver el significado de la parte mala de él que es Hyde y por el otro lado, el interior de la casa es el lado “bueno”, que representa a Jekyll.
    Luego, en la novela, el frente de la casa es solo un cuadrado con una puerta y no se describe mucho el interior, solo que también está allí su laboratorio que es donde nace Hyde. Cada vez que este aparece todo se torna más oscuro y apagado para dar un cierto suspenso y misterio. Así como también sucede en la película, en la que el clima gótico es un factor fundamental que anticipa la aparición de Hyde. Hay mucha neblina, vapor, llovizna y los momentos en los que se ve mucha sangre también anticipan el desgarro del protagonista.
    En la novela, Hyde es visto como alguien extraño, como así también en la película. Se lo describe como un hombre de baja estatura y desagradable, con una cierta deformidad y la mirada que relata la novela es de Utterson primero y luego de Lanyon. La mirada va de afuera hacia adentro ya que comienza contando Utterson lo que vio desde afuera, desde aquella primera vez, que no sabía nada sobre él y luego fue averiguando y entrando más a lo privado hasta enterarse de la verdad.
    También hay otra mirada en la novela que es la de Lanyon que solo observa de afuera y cuenta lo que sucede hasta que se devela el enigma. En cambio, en la película a Hyde se lo describe como un ser muy diabólico, que camina distinto a todos, aquello innombrable  y se lo compara con el demoño. Se ve un paralelismo como un procedimiento estructural  en por ejemplo cuando la cocinera lo ve sin ver su cara, se lo describe a Mary y ella queda sorprendida ya que esa manera en la que la señora se lo relató, era la misma forma en la que ella describe a su padre.  La mirada en este caso es una sola, es la de Mary que es la que cuenta la historia desde su punto de vista y de cómo lo vive ella. Es una mirada testigo ya que sólo cuenta cómo ella se siente y reúne en su personaje el papel de Utterson, Lanyon, Enfield y la sirvienta testigo del crimen de Carew.
    El paralelismo que existe entre Hyde y el padre de Mary es porque las cosas que Hyde hace le hacen recordar a lo mismo que ella vivió con su papá. Por ejemplo, cuando Hyde se le rompe la taza y a ella el padre la había castigado cuando ella había roto una en su infancia y es por eso que ella asume la culpa, diciendo que ella la había roto cuando había sido Hyde. En este sentido, la visión de la película es más psicoanalítica.
    En conclusión, los finales son distintos, en la película Hyde se suicida por amor a Mary y en el libro se termina suicidando por miedo a morir y porque ya la situación se le había ido fuera de su control por las dos personalidades que llevaba a cabo. Se puede ver como de una misma persona puede desdoblarse otra debido a la represión y por eso liberarse no siendo uno mismo sino creando otra personalidad para hacerlo para mantener la opinión de los demás buena sin ser criticado.