jueves, 4 de julio de 2013

La Casa de Bernarda Alba

    En la obra La Casa de Bernarda Alba del autor Federico García Lorca se desarrollan distintos factores que van caracterizando al drama en su contexto y que van formando el conflicto principal hasta llegar al desenlace final con sus tensiones y oposiciones. El fragmento extraído  de la obra pertenece al segundo acto y analizaré todos sus puntos y significados.
    En este fragmento, las mujeres se encuentran en una habitación blanca en el interior de la casa que da a las puertas de las habitaciones. Están Magdalena, La Poncia, Martirio, Adela y Amelia cosiendo y luego empiezan a hablar entre ellas. En todo el drama se pueden ver oposiciones que hay en sus vidas y represiones del querer pero no poder.
    Adela es la protagonista que desea salir de su casa, ver el mundo exterior y poder calmar su calor interno teniendo relaciones sin tener que hacerlo a escondidas. Las demás también desean lo mismo pero por el autoritarismo de Bernarda no pueden.
    La oposición mayor que se refleja y que surge del conflicto entre el principio de autoridad y de libertad es el de exterioridad – interioridad. Esta tensión está presente a lo largo de la obra y en el fragmento especialmente. Es el hecho de que las mujeres no pueden salir al exterior y viven encerradas con esa represión absoluta de que lo que desean está afuera y que lo único que pueden hacer es ver desde la ventana a los hombres y a los vecinos del pueblo para enterarse de sus cosas y luego comentarlo en la casa. La ventana es el límite entre el adentro y el afuera que permite la mirada pero no la realización del deseo, haciendo por esto que estas mujeres se enfermen también, por el simple hecho de ver todo el tiempo lo que no pueden alcanzar. Se constituye en el único lugar por el que pueden mirar lo de afuera. Por ello, cuando los hombres vuelven del trabajo ellas ya saben a qué hora pasan y van hacia la habitación de Adela sólo para verlos por la ventana:

ADELA. Vamos a verlos por la ventana de mi cuarto.

Así, se comunican con el exterior y es desde donde se enteran lo que le sucede al vecindario, como por ejemplo, se comentaban de la mujer vestida de lentejuelas que los hombres se llevaron al olivar a quien La Poncia lo vio de lejos; o el caso de la hija de la librada que había matado a su hijo para que nadie se enterara de que había tenido un hijo fuera del matrimonio.
    Un obstáculo que también marca el límite del afuera son los muros, estos también marcan el encierro, la imposibilidad de las mujeres y la represión de la angustia contra la felicidad de afuera. El deseo de salir que es tan importante para ellas y cada vez más imposible ya que la obra cada vez se va adentrando más a la casa:

ADELA. (Sentándose) ¡Ay, quien pudiera salir también a los campos!

Todo lo mejor para ellas está afuera y es todo lo que no pueden obtener. La alegría es un tema el cual ellas tienen muy reprimido en el fondo ya que en el interior de su casa, estas mujeres no viven la felicidad que ven que en el afuera si está:

PONCIA. No hay alegría como la de los campos en esta época. […]

A la alegría no tienen acceso y es por eso que tanto la desean tener. También ven que lo divertido hace la felicidad que ellas quieren tener y está afuera, por ejemplo cuando La Poncia cuenta sobre lo que vio afuera de cómo la mujer vestida de lentejuelas bailaba con un acordeón con los hombres. Eso es la alegría y la diversión que viene del exterior y que siempre está allí y adentro no y que las mujeres darían todo por tenerlo.
    Otra oposición que se nota es la del deber – deseo ya que las mujeres deben reprimir sus deseos y su sexualidad como lo lamentan a través del drama:

AMELIA. Nacer mujer es el mayor castigo.

Desde ese punto, es la envidia que estas mujeres les tienen a los hombres por poder salir, por poder tener relaciones cuando ellos lo quieren y el hecho de que ellos pueden ir a trabajar a los campos. Esa es la ley social que impone que el hombre es el que trabaja y el que tiene acceso al exterior y la mujer la que queda en la casa realizando las tareas domesticas y por eso las mujeres siempre se quejan ya que ellas también quieren salir afuera y no ser encerradas toda su vida:

MAGDALENA. Y nuestros ojos siquiera nos pertenecen.

Es por eso que estas mujeres siempre sufren del calor,  un calor opuesto a los días de lluvia, ya que al no salir al exterior deben reprimir todo deseo que tengan y ese calor es significativo del deseo de tener relaciones y del deber que en realidad no pueden ya que su madre no se los permite por eso es que todo el tiempo deben tomar agua, para lograr sacarlo:

MARTIRIO. Me sienta mal el calor.


    En conclusión, en la obra se puede ver como Bernarda por querer ocultar al pueblo todo lo que sucede en el interior su casa y entre las mujeres, hace que nazca una represión interna en cada una de las mujeres, que estas se desaten y sufran por no poder salir al exterior y deber vivir en un interior que no desean tener y que poco a poco las va a ir enfermando cada vez más.